miércoles, 15 de octubre de 2014

Los multiversos de la mente

Hace poco o mucho hubo un mundo en el que nadie tenía nada para contar. Un mundo de puro presente, sin ningún universo más allá del evidente. Entonces algún tipo de humano tuvo la necesidad de limpiarse las manos contra la pared de una cueva e inaugurar algo parecido al arte pictórico.
Luego un mero recurso contable se convirtió en una forma de asentar las esperanzas, las penas, las creencias y todo lo demás que se puede dibujar con palabras.
Es en este momento que el universo se expande y multiplica los sueños abandonan el hostel saturado de la imaginación y reclama su lugar en cuevas, en placas de barro y piedra, en cerámica, en papel, etc.
Entonces descubrimos que con cada nueva historia se abren universos de posibilidades. Ensayos de mundos posible e imposibles que alejan la soledad, la tristeza, la ignorancia. En palabras o dibujos todo se vuelve verosímil. Vamos y venimos en el tiempo y el espacio, no nos importa la física ni mentir. Porque la verdad es el responso de los que no saben vivir en paz y la mentira la única forma de distinguir un mundo que nada más podemos alcanzar con la imaginación y que al final solo se interpreta a si mismo con cada nuevo parpadeo.
Sherlock Homes existe. Superman también. Los volvimos cercanos y proactivos. Nos enseñan a ser mejores, aunque por nuestra culpa tengan el defecto de la inmortalidad.
Todo lo que sentimos es un espejismo, todo lo que pensamos esta limitado, todo lo que soñamos es olvido. Al final, la verdad no hace libre a nadie, nada más atrae la soledad.

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